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Segunda Época | Mes MAYO/2016 | Año 2 | No. 13

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Ediciones Bayamo: 25 años a través de sus libros

Ernesto José Parra Muñoz

Acerca de Ediciones Territoriales

Amarilis Terga Oliva

La catedral como símbolo literario

Amarilis Terga Oliva y Mónica María Ramírez Aguilar

Bayamo editada e impresa

Mónica María Ramírez Aguilar

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Ediciones Bayamo: 25 años a través de sus libros

Ernesto José Parra Muñoz


La ciudad de Bayamo fue testigo en el año 1991 de un suceso de relevancia  social y cultural para los escritores y el pueblo en general, el nacimiento de Ediciones Bayamo dirigida por Mario Cobas Sanz. Ese momento fundacional estuvo marcado por el lanzamiento del libro Mariposa, de la autora Xiomara Silva Duque de Estrada, en el patio del museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, este primer libro tiene formato de bolsilibro y en sus páginas recoge poesías y narraciones para niños.
Esta editorial logró subsistir a las dificultades económicas que impuso la situación de los años noventa en Cuba, conocida por Periodo Especial, la cual afectaba en gran medida todos los retos y anhelos.
Hasta el año 1999, se lograron producir a través de los talleres del poligráfico José Joaquín Palma, decenas de títulos concebidos en los formatos de libros y plaquettes mediante impresión directa a través de linotipo.
Al inicio, el equipo editorial tuvo la visión de lograr un balance de género, como: la ficción, ensayo, narrativa e investigación; además de la tradición histórica y poética de la ciudad.
Para los escritores era un beneficio tener en su provincia un sello editorial, sobre todo por razones demográficas, pues no siempre podían publicar su obra a nivel nacional y con mejores recursos tecnológicos.
Las primeras impresiones logradas por Ediciones Bayamo no tenían la mejor calidad desde el punto de vista estético, los diseños de cubiertas eran en blanco y negro, con cartulina sin brillo, papel gaceta y todo dependía fundamentalmente de la recortaría del poligráfico, para lograr un producto.
El año 2000 se creó el Sistema de Ediciones Territoriales, como parte de los programas pertenecientes al Ministerio de Cultura dentro de la Batalla de Ideas; se le asignó un módulo a las nacientes editoriales en cada  provincia, que incluía: presilladoras, guillotinas, así como la novedosa y única máquina de impresión Risograph, que permitiría hacer grandes tiradas en poco tiempo e imprimir las cubiertas de los libros que se abrieron al nuevo panorama cultural literario de Granma.

Ediciones Bayamo, ha consolidado su trabajo en estos veinticinco años, gracias al empeño de sus trabajadores junto a escritores y sobre todo a ese grupo inicial de personas, que bajo la tutela de Mario Cobas Sanz, hicieron posible en el año 1991 ver las letras impresas en esta ciudad.
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Acerca de Ediciones Territoriales

Amarilis Terga Oliva


El proyecto social cubano se ha distinguido por su humanismo en aras de perfeccionar la calidad de vida de los miembros de la sociedad. Mediante la política cultural se fomenta el desarrollo espiritual de poblaciones, comunidades y localidades, para difundir los valores éticos reflejados en obras artísticas y literarias.
Durante el año 1999 se efectuó una reunión de la dirección del país en la que se encontraba Fidel Castro Ruz, quien expresó la necesidad de dotar a los Centros Provinciales del Libro y la Literatura de una infraestructura tecnológica para incentivar el quehacer literario a nivel regional.
Ediciones Bayamo se había instituido en un contexto de efervescencia profesional, creativa. Posteriormente, la Dirección Provincial de Cultura y el Centro del Libro y la Literatura con el apoyo de organismos gubernamentales, recibió la Risografh en una de las estancias que ocupa el Centro de Promoción Literaria Juan Clemente Zenea Fornaris, un 10 de agosto del año 2000.
A casi tres lustros de inaugurado el Sistema de Ediciones Territoriales, los equipos de trabajo de Bayamo y Orto, retomaron el legado de quienes contribuyeron a la concreción de este empeño. El quehacer editorial realizado durante 14 años da constancia del compromiso ético y social expresado por el líder cubano en Palabras a los intelectuales.
Insuficiencias como: la inestabilidad de editores, diseñadores e ilustradores; la inexistencia de superación, la precariedad y no especialización; han afectado la proyección y los resultados profesionales.
A pesar de las dificultades, los alcances respecto al desempeño social son innegables. Durante el período transcurrido se ha convocado a creadores literarios de la provincia a gestar obras escritas que den constancia de madurez y conocimientos. Ello ha propiciado eventos e intercambios, el auge de talleres literarios, y adecuado funcionamiento de los consejos editoriales a nivel provincial y municipal.
Hoy, se labora con entrega e ímpetu y se enfrentan las complejidades, lo que ha permitido el alcance de galardones y reconocimientos entregados por el Instituto Cubano del Libro y el público.
Sin embargo, es necesaria la revisión de cuánto se ha hecho, sin extraviar la perspectiva trazada, a fin de reorientar objetivos a tono con las demandas del libro como objeto artístico, cuya trascendencia ha de corresponderse con las necesidades de los lectores, siendo a la vez expresión cultural de estos tiempos.

Fuente
Ediciones Bayamo: creación e historia. Documentos oficiales. (2000 -2014).
Ediciones Territoriales. Base de datos. Ciudad de la Habana, Instituto Cubano del Libro. (2000 -2014).
Dossier de libros y publicaciones seriadas, Centro de Promoción Literaria Juan Clemente Zenea, Bayamo, Departamento editorial, 2014.

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La catedral como símbolo literario

Amarilis Terga Oliva y Mónica María Ramírez Aguilar


Elaborados en soportes y medios diversos, los libros son expresiones del pensamiento, las emociones y la historia humana. La escritura permite el autorreconocimiento a través del vínculo entre las experiencias propias y las ajenas.
La edición confiere excelencia al texto y valor artístico a sus contenidos. El diseño de la cubierta, portadilla, apartados, folios, tipografías, cabezales, capitulares y viñetas ha de corresponderse con los significados culturales que proponen las obras. Esta labor contribuye a enriquecer el nivel espiritual de la sociedad.
Las primeras publicaciones de Ediciones Bayamo destacan la incorporación de reproducciones artísticas en las cubiertas y páginas interiores. Sin embargo, cierto desconocimiento de los principios del diseño y las improvisaciones, afectaron, en determinadas ocasiones, la calidad estética de los resultados.
Pero el cuidado de la tipografía, la redacción y ortografía, de las obras debe ser resaltado si se tiene en cuenta los pocos recursos, con los que, en aquel entonces se contaba. Lo cierto es que, parafraseando a Mario Cobas Sanz, en momento de crisis económica se creció la espiritualidad a través de Ediciones Bayamo.
Un símbolo se reflejó en cada una de las publicaciones impresas. Puede ser visto de color negro, con tamaño más chico que la yema del dedo índice; se trata de la Catedral San Salvador de Bayamo, considerada la edificación que más distingue a la ciudad Monumento Nacional.
Fue escogida como el logo de Ediciones Bayamo, pues cada postal realizada a la conocida como Tea Incendiaria, muestra esa edificación. A pesar de ser un inmueble de carácter religioso, se haya como protagonista en momentos históricos de la urbe; dígase la bendición de la bandera de Carlos Manuel de Céspedes, el canto de las notas del actual Himno Nacional o de la quema de la ciudad en 1869, por solo mencionar algunos.
Desde la publicación de Mariposa, el primer libro impreso de la mencionada Editorial, desde 1991 hasta el 2016, se mantiene un logo que otorga prestigio, distinción y sello único, a cada libro o folleto que de allí procede; es parte inseparable de cada obra y al mismo tiempo es obra de los editores y diseñadores de esa institución.

Quizás sus características de simplicidad y sobriedad lo hacen único; esa pequeña sombra dibujada que se observa, en la parte delantera o posterior de la obra impresa permite identificar de inmediato la procedencia de una tierra cuyo nombre es Bayamo.
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Bayamo editada e impresa

Mónica María Ramírez Aguilar


Una editorial creada en la capital de la provincia cubana de Granma solo pudo llamarse Bayamo, porque no existe mejor nombre para exaltar la historia de la que esa ciudad ha sido protagonista. A inicios de la década del 90 un grupo de personas, pertenecientes a instituciones culturales del territorio granmense, se reunieron y organizaron un espacio con sello propio que tenía por objetivo promocionar la literatura local.
Cierto es que el trabajo no fue camino asfaltado, tuvieron que vencer obstáculos económicos impuestos por el conocido Periodo Especial y algunas diferencias creativas. A pesar de ello, el 7 de junio de 1991se funda Ediciones Bayamo, la cual para Mario Cobas Sanz “marcó el inicio del desarrollo de las publicaciones en Granma”.
Mario es uno de sus fundadores, estuvo a cargo del proyecto a pesar de su juventud y conserva recuerdos del difícil inicio. Actualmente, trabaja como investigador en la Oficina del Historiador de Bayamo, pero en la época especial bastaron sus años de universitario, la experiencia en el magisterio y su desempeño como Jefe de la Sección de Literatura del Centro Provincial de Aficionados y Casas de Cultura, para materializar un sueño de los literatos locales.
En entrevista, Cobas Sanz, cuenta que “los escritores granmenses se veían limitados para publicar a nivel provincial o nacional, no existía movimiento editorial en la región; en la década del 80, en el país se lograron editar y publicar alredor de dos mil títulos diferentes al año, sin embargo, esto no los beneficiaba.”
Por suerte, a fines de los años mencionados, se aplica en el Ministerio de Cultura una nueva disposición y en Granma “el Jefe de la Sección de Literatura pasó a dirigir en Movimiento Literario en el recién creado Centro Provincial del Libro y la Literatura”. El Instituto Cubano del Libro estimuló a la creación de pequeñas editoriales provinciales para publicar a talentos locales.
Gracias a eso surge el consejo editorial conformado por: Abel Guerrero, Orestes Adán, María del Pilar Linares y Mario Cobas quienes decidieron “hacer cosas”. De esta manera se negoció con el poligráfico la posibilidad de utilizar el papel y el cartón de recortería para hacer plaquettes y bolsilibros; “fructificaba así un viejo anhelo de los creadores en Granma quienes por fin veían en letra impresa lo que hasta entonces dormía en un letargo, para muchos inconcebible, pues en otras parte del país ya se hacía”.
Mario Cobas comenta que “el primer libro publicado fue Mariposa, de la autoría de Xiomara Silba Duque de Estrada y se presenta el 23 de mayo de 1991antes de la fundación de Ediciones Bayamo”. Debe destacarse que la idea de la editorial estaba concebida, solo se necesitó la fecha justa y su ubicación en Canducha Figueredo No.62 entre Libertad y General García, lo que actualmente se conoce como Café Literario Ventana Sur. 
“Luego de la primera obra llegaron más propuestas para publicar, la imagen de la catedral de Bayamo se utilizó como el logo, la falta de materias primas era constante y a veces la calidad visual del libro no era la esperada, por lo que la etapa inicial de Ediciones Bayamo estuvo llena de dificultades.
A pesar de los obstáculo se cumplió con la misión de publicar, en 1991 se editaron e imprimieron aproximadamente 20 ejemplares, los autores de la provincia ganaron un merecido lugar en la historia de la literatura contemporánea cubana y se creció en número de páginas y estilos literarios; la cultural fue priorizada por encima de lo comercial. Las obras fueron bien calificadas por la calidad de sus textos y en algunos casos, publicar en Ediciones Bayamo aportaba a los escritores aval para ser miembros de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). ”
Uno de los elementos fundamentales de la institución fue el cómo se comercializaba el producto. Por lo que la promoción fue un trabajo arduo, expresa Cobas Sanz “hacíamos presentaciones, intercambiamos títulos con otras provincias, se exponían en festivales; pero, principalmente, los ejemplares se comercializaban en la red de librerías del país, porque el libro no debía quedarse solo en el territorio y se priorizaba la biblioteca, pues la institución que socializa el libro y más cuando hay carencia.”
Antes del 23 de mayo de 1991 “los autores José Carbonell Alard, Carlos Casasayas Comas y Orestes Adán eran los únicos privilegiados en publicar fuera de Granma y tal parece que los noventa cambiaron la historia de la literatura en el territorio. Vieron en letra impresa su obra: Juan Ramírez, Arsenio Rosales, Lucia Muñoz, Evangelina Nuñez Izaguirre, José Manuel Fernández Pequeño, entre otros.”
Lo cierto es que el libro dio un salto ascendente, se atendía el movimiento literario en los municipios, los editores trabajaban con cada título de forma independiente, el consejo editorial determinaba las publicaciones y el poligráfico lo imprimía, “estaba prohibido engavetar la literatura para que no perdiera su función social.”
De los fundadores de Ediciones Bayamo quedan pocos, pero quienes siguen adelante con un proyecto de 25 años deben recordar el comienzo y mejorar el presente. Según Mario Cobas Sanz  “en la actualidad ha faltado rigor, exigencia y dedicación en lo que se publica.”

La existencia de esa editorial consolidó el trabajo del Centro Provincial del Libro, “se aprovechó un momento de alta creatividad que contrarrestó la falta de sensibilidad literaria”. Gracias al libro se promovió la figura o hechura del autor y se enriqueció la imagen de las letras

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Boletín Acento . Oficina del Historiador
Bayamo M.N., Cuba. 2016
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